Un proyecto faraónico elaborado por un arquitecto búlgaro se propone rescatar del fondo de una presa las ruinas de la antigua capital tracia de Seuthopolis, fundada hace veinticinco siglos, mediante la construcción de un anillo que la circunde y la convierta en un pozo seco en medio de las aguas.
A una profundidad de entre 19 y 24 metros bajo las aguas de la presa Koprinka, en el sureste de Bulgaria, se encuentra hoy la única ciudad tracia descubierta en su totalidad, que el soberano Seuthes III mandó erigir en el siglo IV a.C. como su capital.
Los tracios fueron un pueblo indoeuropeo que habitó la parte oriental de la península balcánica, en lo que es hoy Bulgaria, Rumanía, el norte de Grecia y el noroeste de Turquía, desde el siglo X a.C. hasta el siglo I d.C., cuando se produjo su romanización.
Entre los Estados tracios uno de los más famosos en su época fue el de Seuthes III, que alrededor del año 323 a.C. mandó erigir su capital, a la que dio el nombre de Seuthopolis.
"Las excavaciones arqueológicas comenzaron en 1948 cuando empezó la construcción de la presa Koprinka", cuenta a Efe la arqueóloga María Chichikova, del equipo que investiga las ruinas.
Inicialmente, los arqueólogos se toparon con dos túmulos tracios que les hicieron pensar que cerca podría haber una ciudad que utilizara esos sepulcros, y esto los impulsó a buscarla.
Así, encontraron primero vestigios de los muros de dos metros de ancho de la ciudad fortificada, luego una torre, una ciudadela, un palacio y así fue quedando al descubierto toda la ciudad, que ocupaba una superficie de cinco hectáreas y donde residía la corte y la administración.
"Seuthopolis fue muy moderna para su época, con calles paralelas y perpendiculares y con dos avenidas principales de seis metros de ancho y cubiertas de piedra", explica Chichikova.
En su cruce se encontraba la plaza de la ciudad, que medía 48 por 40 metros y donde había un templo y pequeños comercios, puntualiza la arqueóloga.
El trabajo de los estudiosos continuó hasta 1954, año en que terminaron las obras de construcción de la presa y la zona quedó bajo las aguas.
"Una noche cayó un aguacero y, cuando fui al otro día por la mañana, el agua lo había cubierto todo", recuerda Chichikova, que fue durante años jefa del departamento de arqueología tracia en el Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Bulgaria.
Treinta años más tarde, la presa fue desecada por un breve período de tiempo por motivos hidrológicos y se comprobó que bajo una capa de medio metro de lodo Seuthopolis se había conservado en muy buen estado.
Hoy, un enorme proyecto arquitectónico pretender volver a dar vida a la antigua urbe.
"La idea es muy elemental: una cortina en forma de anillo que circunde Seuthopolis, rescatándola así del agua", comenta a Efe el arquitecto Jeko Tilev, jefe del equipo que desarrolló el proyecto y responsable del departamento de Tecnología de la Arquitectura de la Universidad de Arquitectura y Construcción de Sofía.
No hay otro proyecto parecido en el mundo, ni diseñado ni realizado, según Tilev.
El anillo estará a una distancia de entre 300 y 500 metros de las riberas de la presa y a él se accederá en embarcaciones, por lo que su parte superior, que tendrá 15 metros de ancho, hará las funciones de muelle.
El diámetro interior del anillo será de 390 metros y el perímetro medirá 1.272 metros.
La parte interior será como un pozo seco cuyo volumen será de 3,7 millones de metros cúbicos, con terrazas y pasillos que asemejarán un anfiteatro y por las que se podrá bajar a la ciudad, al igual que por las cuatro escaleras y los ocho ascensores previstos.
En la parte del anillo habrá incluso un hotel y un museo cuyas ventanas se abrirán a la ciudad y a la presa.
Se calcula que su construcción puede costar entre cien y ciento veinte millones de euros.
El arquitecto Tilev asegura que el proyecto podrá realizarse en tres años: uno para secar la presa y hacer el anillo, y dos más en los que constructores y arqueólogos completarán el trabajo.
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